Flores de mi jardín
Pero yo puedo ofrecerte más
Agamos una pausa y una pregunta.
¿Qué nos está pasando?
Reviso libros, palabras e imágenes
y rastreo la vida de mi existir.
Pero yo puedo ofrecerte más…
Las ventanas se cierran,
en un ir y venir de fieras,
que perturban el asunto,
y de nuestra lucha que no puede esperar.
Pero yo puedo ofrecerte más…
Basta de seguir lanzada de cuerpo
refugio de paredes, de historias,
de cerros maltratados, de recuerdos,
detrás de ese árbol extremo.
Pero yo puedo ofrecerte más…
En este poema resalto el blanco de la cordillera,
el inmenso mar que baña mi tierra,
los campos plantados de árboles frutales,
las figuras diversas que acunan mi ropaje.
Pero yo puedo ofrecerte más…
Memoria de un hambriento
Hoy me eleve a la medía sombra
Ambicioné rasguear y no tenía guitarra
Anhelé soñar y no asumía mi visión
Aspiré iluminar y no había sol.
Acomode un tazón de café y no tenía caramelo
¡Ay que infusión tan amarga!, ¡Ay que café pobre!
Pobre, pobre…
Quise buscar a mi mujer y no estaba.
Pretendía concederle todo mi ser superior…
Reventé mi permanecer despierto
Y me dio furia,
Quise arremeter de nuevo,
Y de nuevo quise arremeter…
Salmo
Ten piedad de mí, mi Dios,
Dada tu grandeza,
Tu misericordia.
Y la gran gratitud de tu piedad
Restitúyeme a tu sabiduría,
Has que logre terminar mi poema.
Purifícame mi conducta,
Arráncame mi ansiedad
Ampara mi defensa,
ayudame en mi aprendizaje.
Afiánzame en tu camino,
Detén la lluvia, acoge a tu ciervo.